15 de marzo de 2011

¿Quién me iba a decir a mí que a todos los que habéis formado parte de mi vida, básicamente estudiantil, os echaría de menos?

El tiempo es ridículo cuando pasa tan deprisa hasta el punto que creemos tenerlo controlado porque creíamos que nada nos iba a separar, pero llega un día en el que los días, horas, minutos y segundos se te deshacen en la mano cual arena de playa. Comienzas por creer que todo avance será mejor y, como necio humano, olvidas que el pasado es algo que nunca debes olvidar, porque siempre añoras momentos y lugares que en algún instante fueron tan monótonos que no valoras su sentido.

Hace unos meses que empecé la universidad, y aunque sé que es sólo el comienzo y que me espera mucho por delante, me siento extraño. Extraño, porque no veo a nadie que conozca de siempre, a esa persona que entienda mis gestos y bromas sin preguntar de qué ciudad vengo. Alguien con quien poder reir y compartir viejos recuerdos. Gente con la que hablar sobre viejas impresiones del nuevo curso. He conocido de momento a alguno/as, casi todos ellos buenos hasta que me demuestren lo contrario, pero sigo teniendo ese vacío que me inunda cuando echo la vista atrás y recuerdo aquellos recreos, viajes, clases, salidas, y sobretodo a aquellas personas que aunque pareciese que no formaban parte de ti es hoy cuando descubres que en mayor o menor medida son las que te convirtieron en lo que eres. La mayoría nos hemos diseminado por las facultades, y nos seguiremos viendo, pero esa gran familia en la que se llegó a convertir nuestro instituto morirá con el tiempo.

Por eso quiero dedicar estas líneas, para asegurarme que, aunque el tiempo y las situaciones nuevas como ésta me cambien, no olvidaré nunca cada día y cada sensación que compartí con todos vosotros, compañeros.
Esto es un brindis al amigo que me prestó sus deberes, al profesor que me fastidió pero que ahora echo de menos, a ese compañero de clase con el que casi nunca crucé una palabra, al centro donde estuve los 6 años más importantes de mi vida (y a los otros); y en especial a los más cercanos. Es un brindis por todo ello, por no olvidar nunca de dónde vengo y por dejar constancia de que os añoro y os echaré en falta siempre a todos.
No me despido de nadie, es tan sólo un grito ahogado de añoranza por un tiempo que ya no volverá.



Because you wanted to be y'all

4 de marzo de 2011

Ha sido divertido

Ha sido tan divertido habernos encontrado,
ha sido tan divertido que me hayas acogido,
ha sido tan divertido habernos disfrazado,
ha sido tan divertido reírnos de lo mismo.

Ha sido divertido hacer mil planes juntos,
Ha sido divertido que me hayas contagiado,
Ha sido divertido habernos insultado,
ha sido divertido, sí.

Ha sido divertido que me hayas enseñado
que tú tienes un camino que ya no cabe en el mío.
Ha sido en contra tuya que me hayas conocido,
ha sido muy extraño todo lo que nos ha sucedido.

No ha sido divertido habernos desangrado,
no ha sido divertido mil malentendidos,
no ha sido divertido no habernos despedido,
no ha sido divertido, no.

Porque hoy yo no te puedo llamar,
porque hoy tú no puedes estar
escuchando a mi cerebro trabajar.

Lo siento es lo único que puedo decir,
lo siento es lo único que puedo decir,
lo siento es lo único que puedo decir,
lo siento es lo único que puedo decir,
lo siento es lo único que puedo decir,
lo siento es lo único que puedo decir,
lo siento es lo único que puedo decir,
lo siento es lo único ...

Hoy tú me dirás
de qué me sirve esto a mí.
Pero fuiste tú
quién me enseñaste
que esto funciona así,
así, así, así ...

Lo siento es lo único que puedo decir,
lo siento es lo único que puedo decir,
lo siento es lo único que puedo decir,
lo siento es lo único que puedo decir,
lo siento es lo único que puedo decir,
lo siento es lo único que puedo decir,
lo siento es lo único que puedo decir,
lo siento es lo único que puedo decir.