"Cualquier propuesta de nueva
ley o de un reglamento del comercio que proviene de esta clase de gente debe
ser siempre recibido con mayor desconfianza, y no adoptarla nunca hasta haberla
sometido a un largo y serio examen, al que hace falta dedicar, no digo
solamente la más escrupulosa, sino la atención más cuidadosa. Esta propuesta
viene de una clase de gente cuyo interés nunca será exactamente el mismo que el
de la sociedad, ya que tienen, en general, interés en engañar al público, e
incluso en oprimirlo y que, además, han hecho ya una y otra cosa en muchas
ocasiones".
30 de abril de 2012
18 de abril de 2012
Veblen y la clase ociosa
Para ellos su mundo social era un paisaje predestinado del que podían esperar algún cheque de vez en cuando, un respaldo económico inicial para el negocio de antigüedades y algún día una herencia suficiente que les permitiera seguir siendo lo que eran hasta el fin de sus días, es decir, seguir siendo importantemente nadie, considerablemente nada.
-La vida hay que vivirla, asentí con cierta melancolía.
-Hay que vivirla, sí. Es la gran lección de he sacado de todo lo ocurrido. Mañana mismo hacemos las maletas y nos vamos a uno de nuestros viajes. Las islas Fidji por ejemplo.
Un flash de algo anormal me iluminó el cerebro y mis labios dijeron:
-Acaba de haber un golpe de Estado.
-¿También allí? ¿Seguro? Qué lata. Bueno, pues a las Maldivas o a las Seychelles.
-En las Seychelles también hay lío político interno y llegar a las Maldivas se ha complicado por la pelea entre los ceilandeses y los tamiles.
-¿Un tamil no es un mono?
-Lo confundes con un mandril. Los tamiles son una etnia.
-Qué horror.
-Las islas ya no son lo que eran.
-Pues nos iremos a Ginebra.
-Te aplaudo la elección. Es un lugar seguro.
Cuarteto, Manuel Vázquez Montalbán
12 de abril de 2012
Los fisiócratas, o cómo no caerle bien a nadie
Los planes liberalizadores de Turgot
despertaron la oposición de toda clase de personas: la nobleza lo odiaba porque
quería gravar la tierra; el clero desconfiaba de él como un escéptico que no sólo
rara vez asistía a misa, sino que también aconsejaba la libertad religiosa; los
financieros resentían el hecho de que hubiera obtenido préstamos en el
extranjero con tasas de interés más bajas de las que ellos cobraban; los
miembros del séquito del rey estaban encolerizados por la oposición de Turgot a
sus extravagancias, sus canonjías y sus pensiones; los recaudadores de
impuestos agrícolas que le pagaban considerables sumas al gobierno por el
derecho de cobrar tantos impuestos como podían estaban enfurecidos porque los
quería remplazar con cobradores de impuestos del gobierno; los ricos y la
burguesía arraigada objetaban su interferencia con los monopolios.
7 de abril de 2012
Similitudes (II): de macro a micro
En esto que llega un señor, Stalin para unos, Robespierre para otros, entre grandes promesas, pero tras un periodo de tranquilidad censuró la voz del pueblo y le dio la espalda para siempre.
Esperemos que esta vez no sea así.
Esperemos que esta vez no sea así.
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